
07 Ago Errores al tomar Cerveza en casa.
Pues aquí os vamos a detallar algunos de esos errores, para que entre todos, podamos disfrutar de una rica cerveza con todas sus propiedades y sabor.
1. Meter vasos o copas en el congelador es un asco. Aunque esté limpio, siempre coge un poco de olor a todos esos congelados que solemos tener todos en casa.
A veces, hasta forma una ligera capa de hielo que te puede aguar la bebida y alterar su sabor. Así que, evitemos utilizar esas tan deseadas jarras congeladas que casi todo cervecero suele tener.
2. El mayor error de la gente cuando se pone una cerveza en casa. Casi nadie humedece la copa.
Debemos coger una jarra de agua (mejor si es fría, porque atempera la copa) y llenar el recipiente. Luego, te la bebes o la tiras. Pero has dejado la copa fresca y la pared húmeda, para que la cerveza se deslice mejor y no pierda fuerza ni se descarbonate al servir. Para tu próxima cerveza pruébalo, veras que el sabor es más rico.
3. Se sirve un 75% de la cerveza con una inclinación de 45 grados (las agujas del reloj a las 4 menos veinte). Algo que todos sabemos, y que también todos acabamos haciéndolo mal.
La boca de la botella, muy cerca de la boca del vaso. La dejas resbalar muy despacio para que no haga espuma. El otro 25% se sirve a copa posada y elevando la botella poco a poco para generar la corona de espuma, el giste.
4. La corona de espuma es fundamental para que no se oxide la cerveza. Cada uno tenemos nuestros propios gustos, a algunos nos gusta la cerveza con más espuma, a otros con menos, e incluso hay personas que la piden directamente sin espuma. Pero debemos saber que es un grave error, la espuma debe medir 2 o 3 centímetros para que proteja la bebida del oxígeno, lo mismo que protegeríamos una sandía recién cortada para que no se deteriore. Esa crema debe permanecer hasta que nos terminemos la bebida. De ese modo, también, evitamos que se escape el gas carbónico. Con los sucesivos sorbos, el líquido va bajando y dejando esos anillos de espuma, que en el argot cervecero se llaman encaje de Bruselas.
5. Con la cerveza no casan bien las grasas de cerdo. Cuando comemos carne, muchas veces se nos queda la grasa de ésta en los labios y, al tocar la espuma, la mata.
Hay cerveza para todo tipo de alimentos; por ejemplo, una stout irlandesa negra con un queso fresco es un placer enorme. También, el maridaje con un poco de chorizo es espectacular. Pero, generalizando, es mejor tomar un poco de pan después de una rodaja, para que limpie la grasa de cerdo de los labios. Así, al llevarte la copa a la boca, la espuma sufre menos”.
6. La tripilla cervecera es un mito. La cerveza, con una media de 5 grados, es de las bebidas alcohólicas que menos engorda. Lo que hace crecer la tripita es lo que nos comemos y picoteamos mientras bebemos
7. ¿Botellín a morro? Ni hablar. Muchos utilizar la frase de…”¡así se mantiene mejor el frio!”, o … “¡yo siempre a morro!”. Pues querido amigo cervecero que bebe a morros, así, te pierdes la mitad del sabor. Además, un cerveza en un buen vaso de cristal donde puedas tomar constancia de todos sus olores y poder comprobar su color y opacidad nunca está de más.
8. ¿Las mejores cañas españolas se tiran en Madrid? Sí, hablando en general, porque allí se fabrica desde siempre; hay industria cervecera. Pero también en otras ciudades españolas donde ha habido fábricas. Así, en A Coruña se tiran muy bien las cañas, pero no en ciudades donde nunca ha habido industria ni tradición de esta bebida.
9. La cerveza se toma fría. ¿Cuántas veces habéis oido eso de….la cerveza tiene que estar bien fria, si no, no se esta buena?
Pues queridos lectores, no todas las cervezas se toman a la misma temperatura, pero en general se sirven frías. En verano o en invierno. Salvo si quieres catarla, porque los matices de calidad se distinguen mejor sin enfriar.
Hay cerveza inglesa bitter que se sirve por bombeo desde los sótanos, donde maduran en barriles. Hay gente que dice que esa variedad se bebe caliente, pero tampoco es eso: en realidad, está a temperatura de ambiente en un sótano.
10. Sabe mejor si se embotella en vidrio retornable. El proceso de pasteurización no es el mismo y no sabe igual.
11. Siempre con posavasos. Por la rutina, no usamos posavasos. Cuando invitamos a alguien a casa, nos preocupamos de ponerle un buen solomillo, un buen pescado, un plato bonito… Pues la bebida no es menos importante. Deberíamos usar posavasos, refrescar la copa y aprender a disfrutar de la cerveza desde el aroma que emana al quitarle la chapa.
12. Fuera complejos: los alemanes no son potencia mundial. Tienen un buen material, eso es indiscutible. Pero también los españoles. Y los ingleses. Y los irlandeses. Y los escoceses. Y los belgas, por supuesto. Y los checos. Por ejemplo, en Chequia, que es un país pequeño y tiene fábricas de cerveza han sido siempre más familiares, por barriadas y, por tanto, más numerosas. Eso da mucha cultura.
13. La cerveza artesanal está de moda, pero… Pero eso no significa que sea un acierto. Desde la crisis, más gente se ha animado a probar a hacer cerveza en casa. Pero, curiosamente, esto sucede porque la industria cervecera está despachando un buen producto. Por eso la gente se aficiona y quiere hacerlo también.
Eso no significa que el resultado pueda competir siempre en calidad. Sólo que se ha puesto de moda.
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